El Cigarrito en la versión de Francesca Ancarola.

Mirando el cielo desde nuestra habitación o perdiendo la vista hacia las estrellas que, quizas en esta noche te acompañan, uno se puede dejar llevar por los pensamientos, las nostalgias, y las preguntas que se abren bajo este vasto firmamento. Quizá, en este instante de calma, un cigarrito sea el acompañante perfecto para esos momentos de reflexión. Y claro, si no tienes tabaco, ¿de dónde sacas? Pues tal vez, al escuchar esta mágica interpretación de uno de los temas más emblemáticos de don Víctor Jara, podrías encontrar una respuesta. Porque, más allá de la simple acción de fumar, hay una sensación de conexión con algo más grande, con nuestra historia y nuestras raíces, todo en un solo gesto.

Francesca Ancarola es quien nos trae esta inolvidable creación musical, un tema que, con su suave y profunda interpretación, logra transportarnos a una época en la que las canciones eran como mensajes de resistencia y esperanza. Francesca, quien hoy tiene 56 años, es una de las grandes voces de Chile, una cantante y compositora reconocida no solo por su técnica vocal, sino por su capacidad de fusionar géneros. Con una propuesta que une el folclor tradicional chileno con el jazz, ha logrado destacarse como una de las intérpretes más originales del habla hispana.

Su voz, tan llena de matices y sutilezas, es capaz de conectar con el alma de cada escucha, y su estilo ha sido parte fundamental de la renovación del folclor chileno en las últimas décadas. Pero, más allá de su faceta como cantante, Francesca ha sido una ferviente defensora de los derechos humanos y de la preservación del medio ambiente, temas que también han estado presentes en muchas de sus composiciones y presentaciones. Ha sido parte de importantes eventos internacionales, como la ceremonia de reconocimiento por parte de la Unesco al Camino del Inca como Patrimonio de la Humanidad, en Cuzco, en el evento “Qapac Ñam”. También participó en el álbum "Mercedes Florecida", un homenaje a la gran Mercedes Sosa, dirigido por el maestro Popi Spatocco, que le valió el reconocimiento del Premio Gardel 2024.

Francesca Ancarola, profesora de música en la Universidad de Chile, tiene un vasto repertorio de influencias. En su trayectoria artística, se reconoce la huella de figuras como Víctor Jara, quien marcó el destino de la canción chilena con su música de raíz popular y su incansable lucha por la justicia social. Jara no solo fue un cantautor y poeta, sino un hombre comprometido con su tiempo, que entendió el poder transformador de la música. A través de sus composiciones, como "El Cigarrito", "Te Recuerdo Amanda" o "Plegaria a un labrador", Jara supo construir una obra que trascendió las fronteras del simple entretenimiento. Su música se convirtió en un grito de resistencia frente a la opresión, en una llamada de atención a los problemas sociales que aún afectan a las clases más vulnerables.

Víctor Jara fue víctima de la violencia política tras el golpe de Estado en 1973, pero su legado sigue vigente, como el de un hombre cuya voz nunca se apagó, que, a través de sus canciones, sigue hablando a las nuevas generaciones. Su compromiso con la lucha popular y su capacidad para crear melodías que nacían desde el corazón del pueblo chileno lo convierten en un ícono internacional. Su influencia en artistas como Francesca Ancarola es innegable, pues el amor por las raíces y la fuerza de las palabras no solo se transmiten a través de los textos, sino también en la manera en que se interpretan.

Francesca Ancarola nos presenta una versión única de "El Cigarrito", tema que, aunque nacido en otro contexto y bajo una voz masculina, sigue siendo profundamente actual. La propuesta de Francesca al interpretar esta canción, con su estilo único y elegante, le da una nueva vida. Y así, mientras la música nos envuelve, el sonido de su voz parece hacerse eco de las luchas y los ideales de aquellos que, como Víctor Jara, utilizaron la música como una forma de resistencia y esperanza.

Quizá, por qué no, en esta noche, mientras las estrellas nos observan desde el cielo, el

nos acompañe, recordándonos no solo el valor de la memoria histórica, sino también el poder de la música para conectar lo pasado con lo presente, lo local con lo universal. Porque las canciones, como las estrellas, siguen brillando, incluso cuando el tiempo parece borrar los rastros de aquellos que ya no están.