top of page

Jamas y la Zamba de mi esperanza; unas danzas populares con todo el romanticismo folclórico Argentino.

  • Foto del escritor: McH
    McH
  • 6 nov
  • 4 Min. de lectura

ree

Esta es una de las danzas argentinas que, con su carga de romanticismo y sensualidad, ha cautivado a generaciones de amantes de la música folclórica: la zamba.


Este género musical y baile popular se caracteriza por su estilo elegante y su cadencia melancólica, pero, al mismo tiempo, provoca emociones intensas en quienes lo interpretan y lo escuchan. En la zamba, no solo las notas musicales se entrelazan, sino también las miradas y los gestos, como un juego de pañuelos que bailan al ritmo de un sentimiento compartido. Es, sin lugar a dudas, una danza que cuenta historias de encuentro y de deseo, de momentos robados y promesas no dichas.


La zamba tiene raíces profundas que se remontan a la zamacueca, una danza originaria de Perú que, con el tiempo, se fue adaptando y transformando en distintos países de América Latina. El ritmo de la zamba es una mezcla de compases, que le dan un tono lento y cadencioso, invitando tanto al baile como a la contemplación. Si bien su paso no es tan rápido como otros géneros populares, tiene una cadencia hipnótica que encierra en cada movimiento un pequeño universo de emociones.



Aunque es un estilo de danza muy representativo de Argentina, la zamba ha logrado cruzar fronteras, dejando una marca indeleble en la música latinoamericana. Pero, como toda gran tradición, la zamba no ha permanecido estática; se ha transformado, renovado y se ha nutrido de las voces y los corazones de los artistas que la han hecho suya. Uno de los grupos más representativos de este género fue Los Chalchaleros, una banda que marcó una época y a la que muchos consideran los grandes exponentes de la zamba.


Los Chalchaleros: 54 años de música y magia.

Fundados en 1948, Los Chalchaleros fueron el alma de la música folclórica argentina durante más de medio siglo. Con su nombre inspirado en el chalcal, un arbusto típico del norte argentino que sirve de alimento para los zorzales, su estilo y su presencia musical marcaron a generaciones de fanáticos del folclore. La formación del grupo variaba con el tiempo, pero siempre se mantuvo fiel a su esencia: tres guitarras, un bombo leguero y cuatro voces que se fundían en una armonía única, difícil de igualar. A través de sus interpretaciones, Los Chalchaleros ofrecieron un repertorio lleno de emoción, nostalgia y belleza.


ree

Pero, como todo gran grupo, la historia de Los Chalchaleros no estuvo exenta de desafíos. La agrupación se mantuvo activa hasta el 2002, cuando decidieron disolverse después de 54 años de trayectoria ininterrumpida. Sin embargo, la huella que


dejaron sigue viva en el corazón de todos aquellos que los escucharon y los bailaron. Juan Carlos Saravia, uno de los fundadores y el alma del grupo, fue y es una figura imprescindible del folclore argentino. Fallecido a sus sus 89 años, el año 2022, Saravia recordó en una entrevista, una anécdota curiosa que Saravia siempre compartió es la razón por la cual, en muchas de las interpretaciones de Los Chalchaleros, no terminaban las frases de las canciones. Según él, "nos faltaba voz para cantarlas". Y es que, en sus inicios, el grupo no contaba con la técnica vocal necesaria para completar las sílabas, y muchas veces se veían obligados a suspender la palabra a medio cantar. Pero, lejos de rendirse, decidieron estudiar vocalización, lo que permitió que su estilo se enriqueciera y se consolidara como una de las características más entrañables del grupo.


Zamba de mi esperanza y Jamás: dos clásicos inolvidables

Aunque a lo largo de su carrera, Los Chalchaleros interpretaron cientos de temas, hoy en Música con Historia, recordamps dos de sus zambas más queridas: "Zamba de mi esperanza" y "Jamás", dos canciones que, sin duda, siguen siendo las más representativas del grupo y que, además, son interpretadas por ellos de manera única en sus versiones en vivo.


"Zamba de mi esperanza" es una de esas melodías que toca el alma. En ella, se expresa el anhelo, la espera de un amor que, aunque distante, sigue siendo la motivación de la vida. El pañuelo se convierte en un símbolo de ese amor en pausa, que busca ser correspondido, pero que también simboliza la esperanza que nunca muere. La poesía de la canción, que nos habla de amor, nostalgia y esperanza, es un retrato de la esencia misma de la zamba: un encuentro de almas, un baile de sentimientos.

ree

Por otro lado, "Jamás", con su tono melancólico y su profunda reflexión, es un grito de amor y de dolor. Habla de esas relaciones que se quedan en el recuerdo, que, a pesar del tiempo y la distancia, siguen siendo parte de quienes las vivieron. Esta zamba, como muchas otras, nos enseña que el amor, aunque a veces sea fugaz, deja huellas imborrables en el corazón.


Con estas dos canciones, podemos ver cómo la zamba no solo es una danza, sino también un testimonio de la historia y los sentimientos de quienes la bailan y la cantan. Los Chalchaleros supieron captar esa esencia en cada una de sus interpretaciones, dejando un legado que sigue vigente en la memoria colectiva de los amantes de la música folclórica.


Comentarios


La Noche para América & Canciones con Historia, se funden y dan vida a este sitio web.

LOGO LNPA 1_clipped_rev_1.png

Somos gente de radio que difundimos la cultura musical de América. Su canto, sus raíces, su música.

Sólo nos mueve el "amor al arte". Deseamos traspasar a las comunidades el saber y lo profundo de las creaciones folclóricas y aquellas que tienen profundo contenido social. 

Buscamos hacer de América un mejor mundo, queremos una sociedad, justa, educada y culturalmente conectada con sus raíces.

Si tienes un canal de difusión, una radioemisora por antena y/o por internet, nos puedes contactar y ser

parte de la red de difusores de nuestro programa.

Si deseas ser libretista de La Noche para América, también nos puedes contactar.

  • Facebook
  • YouTube
bottom of page