Los Momentos, Gatti y su inmortal obra.

En más de una ocasión, especialmente durante los años de juventud, muchos se han reunido con amigos en alguna fiesta o encuentro social y, de pronto, alguien toma la guitarra y comienza a tocar una melodía que todos reconocen al instante: "Los momentos". Es una de esas canciones que, por su fuerza melódica y lírica, ha perdurado a través de los años y sigue marcando generaciones. La historia de esta emblemática composición comienza, como muchas de las grandes obras musicales, con un viaje.

La fecha es 1970, y el joven Eduardo Gatti, quien entonces tenía solo 20 años, se encontraba en París. Había llegado como tripulante de un buque carguero, pero su verdadera intención era disfrutar de la música en vivo, de los conciertos de algunas de las bandas más influyentes de la época, como Pink Floyd, Procol Harum y Fleetwood Mac. Sin embargo, no todo salió como esperaba: el riguroso invierno europeo le pasó factura, y Eduardo terminó enfermo de neumonía. Como él mismo recuerda, fue en ese contexto de convalecencia donde nació una de las canciones más emblemáticas de la música chilena.

En su relato, Eduardo cuenta cómo, mientras estaba en la cama, tomó su guitarra y comenzó a improvisar. “Un día, aún convaleciente, me senté en la cama, agarré la guitarra y comencé a componer algo. Encontré bonita la secuencia, me inspiré, armé una melodía encima y dije, ya, la voy a guardar”, relata el músico. Fue una inspiración sencilla, casi accidental, pero de esas que suelen marcar el inicio de grandes creaciones. La melodía estaba allí, pero la letra llegó meses después, ya en Chile, donde Gatti, ya recuperado, decidió ponerle palabras a esa música que había nacido en su mente.

El compositor afirma que la letra de "Los momentos" surgió en tan solo 15 minutos. "Tiene una parte muy individual, sobre un amor platónico que nunca resultó, una desilusión amorosa que tuve. Y también está mi visión sobre las trabas y los dogmas de mi generación", explica Gatti. De este modo, la canción refleja no solo una vivencia personal de frustración amorosa, sino también una crítica a las restricciones sociales y culturales de su tiempo, algo que la hizo aún más relevante para una juventud chilena que vivía momentos de cambio político y social.

"Los momentos" se incluyó en el primer disco de Los Blops, la banda en la que Gatti tocaba por esos días, y aunque la composición ya tenía fuerza y emotividad, la canción no fue un éxito inmediato. De hecho, el contexto de su grabación fue algo fortuito: el ingeniero de sonido les sugirió que necesitaban llenar tres minutos adicionales del álbum, y Gatti ofreció su tema, que terminó por convertirse en el alma de ese primer trabajo discográfico.

Es curioso cómo la historia de esta canción refleja la esencia de muchas creaciones musicales: a veces las obras más grandes nacen de momentos de improvisación, de inspiración inesperada, o de la necesidad de llenar un espacio vacío en una grabación. Sin embargo, "Los momentos" tuvo que esperar unos años antes de encontrar su lugar en el corazón del público. No fue hasta 1978, ocho años después de su grabación, que la canción se convirtió en un éxito nacional. Su éxito se consolidó, entre otras cosas, por su aparición en la televisión nacional, como se evidencia en una presentación de Eduardo Gatti en Canal 13 en 1980. En ese momento, la canción ya era parte fundamental de la banda sonora de los jóvenes chilenos de la época.

El tema es, sin lugar a dudas, uno de los más representativos de la música chilena, y su letra continúa resonando con aquellos que buscan una conexión profunda con la historia de su país y con las emociones que, a pesar de los años, siguen siendo universales. La canción logra reflejar esa nostalgia y esas reflexiones personales que son tan comunes en la juventud, pero también está impregnada de una crítica social sutil que invita a la reflexión sobre las trabas que impiden el crecimiento personal y colectivo.

Es interesante notar que "Los momentos" no solo trascendió en Chile, sino que ha sido parte de la cultura popular de muchos países de habla hispana, lo que demuestra su universalidad. Hoy, Eduardo Gatti sigue siendo un referente de la música chilena, no solo por su obra como compositor y músico, sino también por su capacidad para capturar en sus letras las emociones y pensamientos de una generación.

La canción, con su delicadeza melódica y su carga lírica cargada de significados personales y sociales, sigue siendo una de las más cantadas en encuentros de amigos, en festivales y en celebraciones. Y es que, a pesar de los años, su mensaje sigue siendo claro y potente: los momentos, esos que quedan marcados en la memoria, son los que realmente importan.